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Calidad y competitividad ante una eventual nueva crisis | Eduardo Gamero

Eduardo Gamero (Palma, 1942) es el presidente del Fomento del Turismo de Mallorca, primera institución turística que se constituyó en España (1905), con más de un siglo de historia, pues, a sus espaldas. Formada por empresarios y profesionales del sector, la misión de la organización es “la divulgación, la promoción turística, la transmisión de la relevancia del turismo en nuestra sociedad y nuestra economía, el cuidado del entorno, trato amable con el turista y la desestacionalización”. Gamero se incorporó al mundo turístico en el año 1959, tras conseguir el título de Director de Hotel, algo para lo que tuvo que trabajar tres años de noche, para acudir a clase de día. Su experiencia, tanto en el sector privado como en el público, avala la solidez de sus palabras. Crítico con una parte del Govern “claramente antiturística”, considera que el sector mallorquín es fuerte, y que ante una eventual crisis sabrá cómo afrontarla sin perder competitividad.

 

En la gala anual de la entidad, usted pidió al Govern la supresión de la ecotasa, ante la recuperación de los destinos competidores como Turquía, Túnez y Grecia. El tiempo le ha dado la razón en esta recuperación, pero la ecotasa no se ha suprimido…

Era previsible que sucediera, y esta mal llamada tasa está amparada en esa ideología según la cual parece que el turismo molesta, que al turista de alguna forma hay que penalizarlo o castigarlo, y que por el hecho de ser turista tiene que pagar de más. Nosotros insistimos en que los turistas pagan todos los impuestos habidos y por haber, a través de las empresas que le prestan los servicios. Por lo tanto, ese discurso de que los turistas tienen que pagar más porque gastan agua etc. es un argumento que carece de peso. Como este gobierno tiene toda la legitimidad para poner los impuestos que considere oportunos, tendremos que convivir con esta situación que no deja de ser anacrónica, porque somos el único destino vacacional que tiene esta figura impositiva, y que señala al turista como persona non grata, entre comillas, además de restarnos competitividad. La segunda parte de esta cuestión es que el sector plantea que, si se mantiene el impuesto, lo que se recaude de él debería revertir en los destinos vacacionales, a través de los municipios, mejorando el entorno y los servicios de los destinos vacacionales, cosa que actualmente no sucede. No hay constancia de en qué se invierte este dinero

 

También criticaba la política turística de los gobiernos central, autonómico y local… Han pasado casi 9 meses, se han renovado los gobiernos autonómico y local, y el central está en funciones. Por lo tanto, con las mismas políticas. ¿Qué es lo que se debería mejorar y por qué?

Es que no se puede estar en el gobierno y en la oposición al mismo tiempo. Y, vuelvo a repetir, aunque este Gobierno está totalmente legitimado, está formado por diferentes grupos, algunos de ellos claramente antituristas que dificultan la acción de gobierno. Esperamos que en esta nueva etapa, en la que ha habido cambios de personas, por lo menos, haya una mayor sensibilidad hacia el sector, se escuche y se quiera conocer los problemas del sector y entre todos buscar soluciones a los problemas que existen. La solución pasa por que desde todos los ámbitos se trabaje en una misma dirección para conseguir algo tan sencillo, y que a algunos se les llena la boca diciéndolo, que es que el turismo sea sostenible, y sostenible en el tiempo. Porque hay un dato al que parece no se le da mucha importancia, que es que ha bajado el número de estancias, es decir, con el mismo número de turistas que teníamos, las estancias son más cortas. Por lo tanto, estamos generando menos ocupación, lo que significa menos empleo.

 

¿Se ha reunido ya con los nuevos responsables de Turismo de las diferentes administraciones?

Sí, y lo que percibimos es que son más abiertos al diálogo, a escuchar y a tratar de trabajar conjuntamente. Tanto al responsable de Turismo del Consell como del Govern los veo predispuestos a una mayor colaboración público-privada, a remar todos en la misma dirección, en definitiva, aunar esfuerzos para que, tanto desde el punto de vista de la promoción, tanto interior como exterior, como de cara a aquellos aspectos, normativas y reglamentaciones que tengan que revisarse o tengan que adaptarse, y que tengan que aplicarse. Porque tampoco sirve de mucho que se establezcan nuevas normas que luego no se cumplan, y precisamente esa es la responsabilidad del Gobierno.

¿El sector turístico de las Islas, o al menos el de Mallorca, está unido?

Hay una buena colaboración dentro del sector. Y, aunque todo es mejorable, los subsectores, que en realidad son todos, porque todos están relacionados con el turismo directa o indirectamente, están perfectamente coordinados a través de la CAEB. Y en la Junta de Fomento del Turismo, en la que tenemos una amplia representación de todos los subsectores, se puede decir que hablan con una voz.

 

La ocupación hotelera en Mallorca ha bajado respecto al mismo año según los últimos datos del INE, pero sigue siendo la más alta de España. ¿Puede ser que hayamos tocado techo y que lo que tengamos que hacer es trabajar para mantenernos dentro de los destinos favoritos y elegidos por turistas españoles y extranjeros, y no siempre por tener más ocupación y más turistas?

Sin ninguna duda. Seguimos teniendo una punta de estacionalidad importante, que son los meses de verano. Es evidente que en esos meses no podemos crecer más. No obstante, sí hay capacidad de crecimiento en los extremos, al principio y final de temporada y en los meses de temporada baja. Durante esos meses tenemos que esforzarnos más en la diversificación y en la especialización de la oferta con propuestas renovadas para tratar de ampliar en los nichos de mercado en los que se puede crecer. Por ejemplo: en turismo de congresos, para lo que tenemos un Palacio de Congresos con magníficas instalaciones y servicios; el turismo de diferentes deportes como golf y ciclismo; turismo rural, en los aspectos culturales y en la gastronomía, que es un grandísimo atractivo, entre otros. Muchas veces hemos dicho que tenemos el producto para estas ocasiones, pero quizás nos falta el envoltorio, presentarlo aún de manera más adecuada, de cara a que esa demanda que existe pueda conocerlo. En esa línea de trabajo tendríamos que estar todos.

 

Se percibe un clima de expectativa, de miedo a una posible nueva recesión ante la situación en Alemania, una nueva crisis. ¿Está nuestro sector turístico preparado para afrontarlo si ocurre?

Me va a permitir que me remonte a mi experiencia, desde que yo me incorporé en el año 1959 al sector turístico. En ese año en Mallorca estaba todo por hacer turísticamente hablando, y desde entonces hemos sufrido distintas crisis de diferente índole. El sector ha tenido siempre la capacidad de adaptarse a las nuevas circunstancias. En 1960 el gobierno británico, presidido por Harold Wilson, dictó una normativa según la cual los ingleses podían salir de su país sólo con 50 libras en el bolsillo. Con ese dinero no podían pagarse unas vacaciones, pero los ingleses no dejaron de venir a Mallorca… Con esto me anticipo a lo que pueda suceder, como lo que parece que va a ser, un Brexit duro, los británicos no dejarán de venir a Mallorca. Le cuento otra anécdota: en una feria turística en Londres hacían un programa de futurismo y preguntaban a la gente dónde iría de vacaciones, y a una señora le preguntaron si iría por ejemplo a la luna. La señora se quedó muy asombrada y contestó que no era posible, que ella tenía una casa en Mallorca. Hemos pasado grandes crisis, como las del petróleo, que supusieron el cierre de grandes operadores turísticos, pero yo creo que ahora la cosa está más normalizada, los vaivenes se dan mucho más suaves, y el sector mallorquín y español en general tendrá la capacidad suficiente para adaptarse a las nuevas situaciones, no me cabe la menor duda, siendo competitivo y ofreciendo el nivel y la calidad que viene ofreciendo hasta ahora.

 

Los hoteleros están haciendo grandes esfuerzos económicos para mejorar zonas como Magalluf y Playa de Palma, las zonas más maduras y que estaban más deterioradas. ¿Cree que se ha conseguido el nivel de calidad que se buscaba?

Los servicios que el sector privado está ofreciendo en esas zonas son de primerísima calidad y de primer orden, con instalaciones renovadas, lo que ocurre es que los ayuntamientos no siguen el mismo ritmo de mejora constante del entorno y de servicios, por eso queda un poco desvirtuada la inversión y por eso insistimos en que el dinero del impuesto turístico repercuta en este tipo de actuaciones: alumbrado público, aceras, limpieza y todos los demás servicios que tiene que prestar el ayuntamiento.

 

Palma se ha afianzado como puerto base de cruceros. Se ha hecho público que el Puerto tiene proyectos de infraestructura para permitir la llegada de cruceros más grandes, pero el Govern insiste en limitar su llegada…

Parece que estamos en una situación un tanto esquizofrénica, porque no se entiende que el gobierno central y el autonómico digan cosas distintas, a pesar de ser dirigidos por el mismo partido político. Hace 10-12 años o incluso menos, Palma era una ciudad muerta, los fines de semana a partir de las seis de la tarde daba casi pánico salir porque no había ni un alma. Se ha conseguido con el esfuerzo de todos que Palma sea una ciudad viva y muy atractiva, con la oferta gastronómica, la cultural etc. En esos año se apostó porque los cruceristas, que siempre hacen algún gasto, pudieran venir a la ciudad, era algo más que sumaba y se debía ampliar la capacidad del puerto. Así lo entendió la Autoridad Portuaria, y así lo ha hecho, con inversiones importantes, por lo que parece que es un contrasentido lo que dice a veces este Govern, que es el que es y está apoyado por partidos políticos que están tanto en el gobierno, como luego en la calle criticando lo que hace el gobierno. A nosotros no nos parece mal que se trate de ordenar la llegada de cruceros para que, por ejemplo, no coincidan cinco grandes al mismo tiempo. Se trata de ordenarlo lo mejor posible, considerando lo que aportan los cruceristas, para lo que sólo hay que preguntar a taxistas, comercios, restaurantes… Antes de hacer según qué tipo de declaraciones, los gobernantes deberían pensarse un poco lo que dicen porque lanzan mensajes sin tener en cuenta las consecuencias, por ideología pura. Se les pide que gestionen y, si es posible, no molesten, pero sobre todo que no destruyan.

 

Su trayectoria en el sector es extensísima. ¿Cómo ha evolucionado el turismo en la Isla desde que usted comenzó en este mundo, al margen de la evolución natural? ¿Qué para bien y qué para mal? ¿Siempre el tiempo pasado fue mejor?

La evolución evidentemente ha sido espectacular, y lógicamente los más jóvenes no lo pueden entender porque parece que todo cae del cielo y que todos hemos nacido con televisión, móviles y toda clase de comodidades. Pero este crecimiento turístico ha supuesto muchas cosas: puestos de trabajo para los mallorquines, que no tuvieran que emigrar, de donde han surgido grandes empresarios del sector de mi generación partiendo de cero, a los que habría que reconocer, porque crean muchísimos puestos de trabajo y han creado mucha riqueza en esta isla… Mallorca ha sido pionera en todo: ha sido el primer destino vacacional de España, y hemos sido capaces de decir que sí apostábamos por el turismo como fuente de riqueza para las futuras generaciones, cosa que no han hecho otras islas del Mediterráneo como Cerdeña o Córcega, que no han tenido un desarrollo turístico como el que hemos tenido nosotros. Yo he vivido cómo ha crecido el sur de Turquía y ahora cómo están creciendo los Emiratos Árabes, y se lo están cargando, nosotros seremos un destino de lujo comparados con ellos. Han cometido en cuanto a ocupación del espacio los mismos errores que pudimos cometer nosotros, pero aumentado.

 

¿Qué tendría que hacer el sector turístico para conectar más con la sociedad en general? Los empresarios se siguen percibiendo como alejados de los problemas reales y que solo miran por su propio beneficio…

Creo que la sociedad no es consciente, y seguramente porque el sector no se esfuerza en recordarlo, y no reconoce suficientemente la importancia del sector para estas Islas. Deberíamos hacer todos un esfuerzo por divulgarlo, lo que aporta: puestos de trabajo, dinero… Quizá es lo que falta, que llegue a la sociedad, pero también puede ser que a la sociedad no le interese. Tendríamos que ir a los colegios, academias y universidades a explicarlo, es algo que hace 20 años que venimos diciendo en Fomento del Turismo. Se tiene que crear una imagen real de lo que ha hecho y está haciendo el sector, no la imagen que quieren dar los cuatro antituristas.

 

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