Cruceros Palma de MallorcaHaciendo escala

QE2, 50 años de una leyenda en el mar (PARTE 1)

El célebre trasatlántico británico realizó 30 visitas a Mallorca entre 1972 y 2006.

 

El ‘Queen Elizabeth 2’ o más popularmente conocido como ‘QE2’, ha cumplido 50 años. Un aniversario que ha celebrado en su retiro dorado en Dubai, convertido en hotel de lujo. Considerado como el último transatlántico de la historia, hasta la inauguración de su sucesor el ‘Queen Mary 2’ en 2003, su entrada en servicio marcó el principio del fin de una era: la de los legendarios ‘ocean liners’ de majestuosas líneas náuticas, impregnados de un ambiente lleno de glamour y leyenda, con sus estrellas de cine, monarcas y célebres artistas a bordo.

 

Visita histórica a Palma

El día 30 de abril de 1972 marcó un hito en el historial del puerto de Palma. El Dique del Oeste acogió el que entonces fue el mayor buque atracado hasta la fecha. La visita inaugural del ‘QE2’ despertó tal interés por parte de la ciudadanía que llenó por completo toda la primera alineación, formando grandes hileras de automóviles desde el Paseo Marítimo.

Por aquella fecha, el puerto estaba abierto al público y las estaciones marítimas con sus bares y terrazas eran un popular punto de encuentro. Su escala, anunciada en prensa, marcaba a su vez el inicio del fin de toda una época. Y sus visitas hasta los años 90 siempre causaron expectación. En una ocasión fue alquilada toda una cuadra de burritos para sus pasajeros, 900 miembros del Young Presidents Organization of America, que regresaron a bordo en casi un centenar de galeras. En otra escala se cerró el puerto por amenazas de bomba, al coincidir en un crucero conmemorativo del 25 aniversario de Israel.

En 1976 se ofreció la posibilidad de iniciar el Crucero de las Civilizaciones en el Mediterráneo desde Palma y se acuñó una medalla conmemorativa. Y en otra visita no pudo atracar por fuertes vientos, debiendo desembarcar los turistas en lancha, al quedar el buque fondeado en la bahía. Asimismo, fue uno de los pocos barcos en el que no se permitía la entonces popular visita abierta al público.

En 1998 fue amarrado por vez primera en el muelle de Poniente Sur. En 2002 demoró su salida más de un día por viento racheado. Y el 15 de mayo de 2006 realizó su trigésima y última escala en Palma.

 

Marcando la pauta del futuro

Entre 1969 y 1970 se construyeron los buques de crucero de la primera generación, entre los que destacaba por su diseño de vanguardia el trío de  Royal Caribbean de la Clase ‘Song of Norway’, al que seguiría el trío de Royal Viking, pocos años después. Ambas series fueron una obra maestra del mejor diseño escandinavo. Todos ellos marcaron la pauta del futuro. Los demás buques por entonces en servicio eran trasatlánticos adaptados al mercado de los cruceros, ante la dura competencia de las líneas aéreas.

Pero el QE2, en el que en parte se inspiraron, nació como el eslabón entre ambas épocas. Un auténtico ‘liner’ destinado a la línea entre Southampton, en Gran Bretaña, y Nueva York, pero también adaptado al mercado de cruceros. Sucesor de buques de leyenda como el ‘Mauretania’ (1907), el ‘Aquitania’ (1914), el ‘Queen Mary’ (1936) y el primer ‘Queen Elizabeth’ (1940), todos ellos antecesores y buques insignia de la propia Cunard Line.

 

Botado el día 20 de septiembre de 1967 por la propia Reina de Inglaterra Isabel II, en los legendarios astilleros John Brown de Clydebank, en Escocia, su entrada en servicio, con una festiva llegada a Nueva York el 7 de mayo de 1969, significó a la vez la despedida de Gran Bretaña en la construcción de los míticos ‘ocean liners’, con el más avanzado y futurista de todos ellos. Porque el ‘Queen Elizabeth 2’ era un producto de la era espacial y la decoración de sus interiores, obra de Dennis Lennon y Michael Inchbald, -antes de las sucesivas reformas de tono clásico-, evocaban más una estación orbital que a sus ilustres antepasados. Así causaron esta sensación locales públicos a bordo como el Queen’s Room o el Middship Lobby, contemporáneos de los ambientes de ficción de ‘2001 Space Odyssey’.

Era el futuro, sin renunciar a la herencia del pasado. Y esa fue la clave de su supervivencia durante 41 años de servicio, (siendo el más longevo de todos los gigantes oceánicos bajo el gallardete rojo del Golden Lion). Y en afortunada contraposición a la efímera existencia de sus rivales contemporáneos, como el veloz ‘United States’ (1952), el exquisito ‘France’ (1962) y los refinados ‘Michelangelo’ y ‘Raffaello’ (1965), todos ellos víctimas de la competencia aérea y la funesta crisis energética de 1973.

 

Texto y fotos: Gabriel Alomar

 

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