Carolina Domingo es la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Borne, arteria principal de una de las principales áreas comerciales de la ciudad. Observa con preocupación el debate surgido en cuanto al turismo de cruceros, especialmente cuando se hace referencia como de menor calidad al que llega en los barcos que pasan unas horas en la ciudad frente a los de puerto base. Hemos hablado con ella para conocer su experiencia.
“El turismo de cruceros es un turismo que aporta un plus bastante importante a nuestra facturación. Es un turismo que está solamente unas cuantas horas en la ciudad, no ensucia porque realmente baja, visitan la ciudad u otras zonas de la Isla, gastan y se van. No consumen recursos. Con lo cual, para el comercio y para la ciudad es muy positivo que lo cuidemos y lo sigamos teniendo”.
Para Carolina Domingo detectar un crucerista es bastante sencillo, ya que se trata de un tipo de turista familiar y respetuoso con la ciudad:
“El turismo de crucero es un turismo familiar, respetuoso, que valora nuestra ciudad y que la cuida. No es problemático, se adapta a las costumbres y a las normas de nuestra ciudad, y yo pienso que hay que cuidarlo muchísimo”. Compara este perfil de turista con el turismo “negativo” que llega a algunas zonas de la Isla: “A mí me molesta mucho que se le dé tanto bombo y platillo al turismo de crucero, cuando realmente el que causa muchos problemas es el turismo de borrachera, que por nuestra desgracia es conocido por todo el mundo. Nos dan muy mala imagen, se ponen hasta arriba de todo, se tiran por los balcones, gracias a ellos aumenta la prostitución y el consumo de drogas, destrozan nuestro mobiliario urbano, crean inseguridad y suciedad… En definitiva, la energía que se está utilizando contra el turismo de cruceros pienso que debería utilizarse para evitar que venga el turismo de borrachera, hay mucho trabajo por hacer y poco se hace al respecto, lo que se debe hacer es trabajar para evitar que venga este tipo de turismo a la Isla”.
En 2015 la Cámara de Comercio de Mallorca, junto con la Universitat de les Illes Balears y la Autoridad Portuaria, hizo un estudio que reflejó que el gasto medio del crucerista en tránsito era de 70€ en las poco más de 4 horas aproximadas de escala media. Por ello, existe preocupación entre los comerciantes por la deriva del debate sobre este tipo de turismo.
“Por nuestra experiencia, podríamos decir que el gasto medio incluso ha aumentado hasta los 92€. Nos gustaría que en invierno llegaran más, ya que estamos sufriendo por la falta de turismo. Además, el turista de cruceros que visita Palma por primera vez y se queda unas pocas horas, se convierte en un cliente potencial para el futuro de nuestra Isla, ya que le puede gustar tanto que en los próximos años puede elegir nuestra Isla para pasar sus vacaciones con la familia, ya sea en verano como en invierno. Se está hablando mucho de tomar medidas y de limitar porque hay mucha aglomeración, pero eso si se da es solamente en los tres meses de verano y las medidas que se toman desde el Consistorio son para todo el año”.
Y es que, añade,
“los comerciantes no solo sufrimos con las pretendidas limitaciones del turismo de crucero, sino que también con todas las medidas que se están llevando a cabo en la ciudad, como la falta de aparcamiento, el aumento de las zonas de ACIRE, reducción de paradas de autobús… El turista, al fin y al cabo, si se cierra tanto la ciudad y no le damos la posibilidad de entrar, se pierde un potencial turista para el futuro de la ciudad. Llevamos 4 años pasándolo muy mal en el comercio del centro. El Ayuntamiento se está llenando las arcas a base de multas en los ACIRES, esto es pan para hoy y hambre para mañana. Un turista no sabe lo que es un ACIRE, entran, se equivocan, no pueden aparcar, se van y de recuerdo les llega una multa acabo de unas semanas por haber entrado en una zona de ACIRE. Han quitado todos los aparcamientos de zona azul del centro. Y a los pocos aparcamientos que tenemos ponen impedimentos para que la gente acceda, es un desastre. El invierno es muy largo, los nueve meses de temporada baja antes vivíamos de los residentes de los pueblos que venían a la ciudad de compras, pero ahora han dejado de hacerlo, porque les es más cómodo ir a los centros comerciales, tienen aparcamientos gratis y una gran accesibilidad”.
La solución que propone la Asociación de Comerciantes del Borne, explica Domingo, es que
“se hagan aparcamientos en la entrada de la ciudad o que amplíen el aparcamiento de la calle Antoni Maura por todo el Paseo Marítimo. Que la gente nada más entrar en la ciudad pueda aparcar el coche y pueda acceder desde ahí a donde quiera. Que les demos la oportunidad de poder acceder a un gran aparcamiento. El turismo que nos gusta es aquel que tiene un poder adquisitivo que pueda permitirse alquilar un coche, que paga su hotel, que consume en los restaurantes, que visita nuestros museos, monumentos, pueblos, que va de compras… Pero debemos darle la posibilidad de poder gastar su dinero, darle accesibilidad y no ponerle barreras. Necesitamos un turismo de categoría y para ello debemos darle muy buen servicio”.
“Estaría bien que el Ayuntamiento creara servicios como baños públicos, carteles de información, indicando dónde está la Policía, ya que por desgracia estamos sufriendo cada vez más robos de carteristas. También se debe ampliar el transporte público, poner más lanzaderas por tierra o por mar, no hay buses pequeños que vayan por el centro de la ciudad, ni una línea que haga solamente el Paseo Marítimo, la media para esperar un autobús es de 20 minutos y si va lleno hay que esperar el siguiente, es un desastre. La gente hoy en día va con prisas. Clientes mallorquines han dejado de venir a la ciudad. El ACIRE nos está perjudicando”.
Por lo tanto, para Carolina Domingo si solucionan los principales problemas del centro de la ciudad será más fácil gestionar el turismo de cruceros.
“Que los escalonen de la manera que el puerto y la ciudad lo puedan asumir, pero sin perder número de escalas. Gestionarlo no tiene que ser obligatoriamente limitarlo. El puerto de Mallorca cuenta con infraestructura para poder recibir el volumen actual de cruceristas, es de los mejores del Mediterráneo”.
Además, señala,
“medioambientalmente se meten mucho con los cruceros y los que más contaminan son los ferris. Los cruceros están muy preparados para contaminar lo menos posible”.
La asociación pone sobre la mesa que “habría que estudiar cuanto antes la posibilidad de desviar todo el tráfico de camiones que van a cargar y descargar en el muelle del Centro y que producen una enorme polución justamente delante de la Catedral, y llevarlos a un puerto más alejado de la Ciudad como podría ser enfrente del aeropuerto, tal y como se hace en diferentes ciudades como por ejemplo Barcelona y Venecia. Esto descongestionaría la ciudad, la polución y mejoraría el medioambiente”.
Finalmente, Carolina Domingo afirma que
“en Palma, si se gestiona bien, hay sitio para todo el mundo y no se debe echar a los turistas de calidad ya que es nuestra primera y más importante fuente de ingresos en Mallorca”.
Catalina Coll Moragues