A bordoHaciendo escala

“El crucerista es una oportunidad para promocionar la isla” . Víctor Vega (Horno Santo Cristo)

Víctor Vega Guinart es el responsable del la tienda del Horno Santo Cristo en el Puerto de Palma desde hace siete años. Hablar del Horno Santo Cristo es hablar de uno de los pocos negocios artesanos centenarios que quedan en la capital balear: fundado a principios del siglo XX, en 1910, su eslogan es la elaboración de “la auténtica ensaimada de Mallorca”, y así debe ser, tanto por la resistencia ante tanta franquicia y competencia foránea de la que Palma no se escapa, como por la extensión del negocio: cuenta ahora con seis tiendas en Palma y una en Sóller, otro de los municipios que más visitan los turistas que llegan a la isla haciendo escala de un crucero.

“El secreto para mantener un negocio centenario es una mezcla de muchos factores –nos cuenta Víctor-,  pero sobre todo se trata de que el cliente de toda la vida siga viniendo y disfrutando de nuestros productos con el sabor y la calidad de siempre. Intentamos observar y adaptarnos al mercado que, al fin y al cabo, es quien manda: por ejemplo, pusimos hace unos años una tienda online de la cual estamos muy orgullosos”.

Orgulloso pero también modesto, porque cuando preguntamos por el ingrediente secreto de esta empresa familiar para la supervivencia, considera que ser referente se lo deben al producto en sí: la ensaimada.

“El referente del sector es la ensaimada. Es el producto del cual los mallorquines nos sentimos más orgullosos y, gracias a Dios, hay muchos y muy buenos profesionales que luchan cada día por la excelencia de sus productos. Personalizar en una empresa poco sentido tiene ya que hoy estamos nosotros pero mañana puede estar otro” nos comenta, y reitera: “lo importante es poner en valor la ensaimada, ya que, por desgracia, la mayor parte de los turistas que nos visitan regresan sin conocer este producto y, al fin y al cabo, es el mejor embajador con el que contamos”.

La ensaimada el mejor embajador y el crucerista una oportunidad para Mallorca. En opinión de este comerciante

“el crucerista es para la Isla una oportunidad: muchísima gente que viene unas cuantas horas a la que tenemos la oportunidad de darle una atención de calidad, intentar que conozcan el máximo de la esencia de Mallorca, con el objetivo de que vuelvan, ya con más tiempo y para hacer más gasto: hoteles, restaurantes, tiendas…”.

Precisamente la empresa abrió la tienda del Puerto de Palma por los barcos, aunque no por los de cruceros, sino por las líneas regulares. Hace 40 años el avión aún era bastante exclusivo y muchos turistas venían a Mallorca en la única compañía que prácticamente había: Transmediterránea. Ahora el Horno cuenta con clientes locales y turistas por igual, con los picos de temporada alta que se declinan por el segundo, como es lógico. Considera a los cruceristas buenos clientes, porque “el turista de crucero va, por motivos de tiempo, más rápido que los demás turistas y por ese motivo es más impulsivo y, por lo tanto, un buen cliente”.

Respecto a la masificación que  la confluencia de muchos barcos en el puerto provoca en la ciudad en pleno verano, no la considera negativa,  y opina que  es una consecuencia de nuestro clima. “Si tuviéramos el clima tropical de las Canarias no hablaríamos de este tema. A mi no me molesta, porque lo veo como parte de la sociedad y el momento en el que vivimos”.

“Mallorca vive del turismo y, en los meses de temporada alta, esta ‘saturación’ es el ‘precio’ que debemos pagar. Creo que todos vivimos, de manera directa o indirecta, del turismo, pero los hay que no admiten las ‘molestias’ que conlleva”.

Se muestra crítico con la política turística de las diferentes instituciones y, al igual muchos otros protagonistas del sector que han expresado su opinión en Escalapalma.com, cree que nos hemos beneficiado de los problemas de los mercados competidores: “venimos de unos años de buenas cifras por lo que respecta a pernoctaciones, escalas de cruceros etcétera, gracias a que nuestra competencia (Turquía, Túnez, Egipto…) habían tenido sus problemillas. Pero estos mercados emisores vuelven a estar bien y, como ya se ha notado este año, lo continuaremos notando”.

“Creo que nos hemos acomodado y que las políticas de promoción son muy mejorables”, afirma rotundo. “El turista percibe muy poco de la cultura mallorquina: su gastronomía, su folklore, sus fiestas tradicionales… y, a mi entender, compensando esa carencia fidelizaríamos más y mejor”.

Tiene las ideas claras y puede que no le falte razón. El próximo mes de abril realizará su primer viaje en crucero y “amenaza” con contárnoslo…

 

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