Hemos hablado con el portavoz de la plataforma “Sí a los cruceros”, Jordi Mora, presidente de la Federación de Pequeña y Mediana Empresa de Mallorca. En las últimas semanas está manteniendo reuniones con diferentes partidos políticos y autoridades tanto de ámbito local como provincial y autonómico, pidiendo rigor en la toma de decisiones y que se apueste por la gestión consensuada y en ningún caso por la limitación.
Esta plataforma agrupa a más de 40 entidades; asociaciones profesionales, colegios profesionales y también comités de empresas que operan en el sector turístico, y reclama que en ningún caso el Govern de las Illes Balears como el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma apliquen medidas que puedan afectar negativamente a esta actividad económica y a los puestos de trabajo que la misma conlleva. Desde la plataforma se aboga por una gestión ordenada de la actividad y de los flujos de visitantes, a la vez de que manifiestan el firme e indubitable compromiso empresarial con el medioambiente. Ahora bien, señala Jordi Mora,
“en ningún caso desde la plataforma seremos partidarios de la toma de decisiones basadas en un argumento contaminado por la demagogia y el populismo. Las medidas que se tomen, recalcamos, deben de tener como base el más puro conocimiento. Sobre todo, cuando tratamos un tema tan sensible como el turismo de los cruceros y que tiene tanta repercusión en nuestra economía”.
Limitar el efecto del turismo tendría cuatro impactos negativos muy importantes, como explica Mora. “
El primero, en el sector del comercio, y hay que recordar que el convenio colectivo del comercio es el segundo más grande en Baleares. El segundo, el sector del transporte, miles de taxistas, autónomos y trasnposrte de pasajeros, autocares… El cuarenta por ciento de los pasajeros no baja del crucero, y del 60 por ciento restante el 30 por ciento se reparte por la Isla. El tercero, el sector de la restauración. Y cuarto, las atracciones turísticas”.
Por todo ello, desde la plataforma “Sí a los cruceros” se pide a la Administración pública competente que antes de tomar cualquier tipo de decisión que afecte a la actividad de los cruceros realice un nuevo estudio riguroso e independiente que analice el impacto socio-económico que el turismo de cruceros tiene en nuestra sociedad. Además, solicutan que la futura toma de decisiones vaya también vinculada a los datos que emanan del estudio medioambiental ‘SmartSensPort’ elaborado por la Universidad de las Islas Baleares y la Autoridad Portuaria de Baleares, que cumple los parámetros anteriormente mencionados y que monitoriza la contaminación ambiental en el puerto de Palma. Y finalmente instan al Govern, autor y responsable del “Estudio sobre la calidad del aire en las Islas Baleares 2018 ” a que afronte de manera integral la problemática de contaminación en la ciudad elaborando un inventario de emisiones que contextualice el impacto de la actividad del puerto frente a otras fuentes (tráfico rodado, industria, producción eléctrica, usos domésticos, etc.) y calcule la aportación relativa de cada uno de los segmentos portuarios (cruceros, ferries, carga, náutica recreativa, etc.) en el aire que respiramos, tal como se ha hecho en otras ciudades portuarias –Barcelona- para obtener datos segmentados y concluyentes al respecto. De esta manera obtendremos el impacto real de los cruceros sobre nuestro medio ambiente, y abandonaremos escenarios más marcados por la ideología que por la ciencia.