Marta Albiñana.-
Al realizar una búsqueda en Google con las palabras “cruceros sénior” en inglés el buscador arroja 43.400.000 resultados. No es para menos. Los llamados baby boomers (nacidos entre 1946 y 1964) constituyen un segmento de la población, y también de la población viajante, cada vez más amplio y de mayor interés. Jubilados o a punto de serlo, gozan de un notable poder adquisitivo, buenas condiciones físicas y menores cargas familiares, además de un tiempo libre que quieren exprimir al máximo con nuevas experiencias. Nada que ver con los estereotipos del pasado.
Estos ‘nuevos jóvenes’ encarnan, para muchos destinos, al visitante ideal. Son turistas responsables y respetuosos, apuestan por el turismo cultural y gastronómico, de calidad, al tiempo que rompen la estacionalización
Los 60 son los nuevos 40 para este tramo generacional que se ha beneficiado de una larga etapa de progreso económico y bienestar social, ahora en cuestión para los más jóvenes. Este colectivo de turistas veteranos –activos, curiosos y que han visto mejorar sus condiciones de vida desde unos inicios muy austeros– está totalmente preparado para emprender por fin el viaje soñado. Y el crucero resulta una de las opciones más cómodas, completas e interesantes para hacerlo.
Estos ‘nuevos jóvenes’ encarnan, para muchos destinos, al visitante ideal. Son turistas responsables y respetuosos, apuestan por el turismo cultural y gastronómico, de calidad, al tiempo que rompen la estacionalización al tener capacidad de elegir cómo y cuándo viajan. Ricard Santomà, decano de la Facultad de Turismo Sant Ignasi (URL), incide en que el turismo sénior de cruceros es “acíclico” y huye de las temporadas altas –la primavera es más para universitarios y el verano atrae mayormente a familias con niños y adultos en torno a los 40, como señala la web americana cruisereport.com–, de manera que ayuda y empuja a mantener el fuelle a lo largo del año a aquellos sectores económicos que giran alrededor del turismo, algo que Barcelona, igual que Palma de Mallorca, agradece sobremanera. “Así disponen del puerto de destino para ellos, evitando colas y gentío”, indica Santomà. Podemos decir que representan el paradigma del turismo sostenible.
Apuesta por la oferta diferenciadora y la cultura
Por lo general, este sector –el que más viajes consume, de acuerdo con los datos que maneja Gemma Cànoves, catedrática de la UAB y experta en Turismo- prefiere embarcarse en cruceros de menor envergadura y de mayor categoría (desde 60 a 200 pasajeros y con más personal de servicio por viajero), ya que resultan más tranquilos, seguros y practicables, además de poder alternar con el resto de pasajeros y entablar amistades. En cualquier caso, sean los buques grandes o pequeños, los cruceros son “un ‘resort’ móvil con todos los servicios y la seguridad médica que los sénior necesitan”, asevera Cànoves. “Para ellos –-prosigue– el crucero es el medio estrella en cuanto al turismo de larga distancia se refiere y la mejor forma de conocer numerosos y nuevos lugares. Amén de que a los viajeros veteranos no les importa embarcarse con una maleta grande –llevan diferentes vestidos y trajes según la ocasión a bordo-, pues en el barco tienen que abrirla una sola vez, sin tener que arrastrarla de un lugar a otro”.
El crucerista sénior suele viajar en pareja o con amigos (en este caso, más mujeres que hombres), puede apuntarse a trayectos largos y tiene una especial predilección por las travesías temáticas y “diferenciadoras” de componente cultural, añade Ricard Santomà. De hecho, las navieras ofrecen desde cruceros dedicados a la música de Mahler hasta otros especializados en ciencia -con el hijo del oceanógrafo Michel Cousteau como protagonista- pasando por la política –con ex miembros del MI5 y diplomáticos retirados-, las artes, las humanidades, el deporte, la informática o las finanzas. Además, optan por hacer noche en puerto y así disponer de más tiempo para absorber lo que el destino tiene que ofrecer, afirma Ester Noguer, doctora en Turismo y profesora en Formatic BCN y en la Escuela Universitaria de Sant Pol de Mar.