El Tren de Sóller es una de las atracciones turísticas más visitadas en Mallorca. Fundado hace más de un siglo, su recorrido ofrece a los visitantes una de las caras más bonitas de la Isla, con unos espectaculares paisajes del Valle de Sóller, en una experiencia romántica y que supone además un viaje al pasado. Por ello, son más de un millón los pasajeros que cada año compran sus billetes y se suben a este tren, y entre ese millón hay un buen número de cruceristas que quieren vivir esta experiencia tan auténtica.
Oscar Mayol, presidente de la sociedad Ferrocarril de Sóller, nos recalca la importancia de tener un buen turismo en la isla procedente de diferentes puntos. En su opinión
“todos los turistas son buenos. Todos aportan algo. El hecho de que vengan muchos de diferentes procedencias hace que tengas una buena temporada y que te vayan bien las cosas”.
Tenemos que ser consciente, explica, de que
“el turismo tiene cosas buenas y cosas malas. Y cuando viene un turista te tienes que quedar con las dos partes. Al final todos los turistas van sumando y cuantos más vengan mejor. Sean turistas que vengan en crucero, alquiler vacacional o de hotel. Dependiendo de ellos puedes hacer una buena o mala temporada”.
Recuerda, sin ir más lejor, la crisis de Thomas Cook:
“Imagina que todo el mundo hubiera trabajado con ellos, con exclusividad. Habría sido un desastre. Lo suyo es que haya variedad, con diferentes entradas de turistas. Y por supuesto, cuantos más vengan, mejor”.
En el caso de el turismo de cruceros, en el Tren de Sóller lo detectan a través de las reservas que hacen las empresas turoperadoras. Mayol detalla que
“nos hacen unas reservas con el número de barcos y de pasajeros. Normalmente siempre cogen el tren a mediodía desde Sóller a Palma, ya que sobre las 5 tienen que estar en el barco y para no llegar justos vienen a Sóller por la mañana en autobús y cogen el tren hacia Palma y hacen algunas paradas, como Valldemossa, para poder estar puntualmente en el crucero y no depender de nadie”.
Por su experiencia
“es un turista que coge un tren en un horario de poca afluencia, por lo tanto llena un tren en horarios que suelen estar más vacíos, que es el caso de los mediodías de Sóller a Palma”.
Finalmente, Óscar Mayol afirma que
“en Mallorca hay que hacer lo que se hacía hace 20 años. Cuando llegaba un turista lo hacíamos sentir como en casa. Y últimamente cuando vienen les hacemos sentir mal, les insultamos y les tratamos a patadas. Eso no es bueno, porque al final es nuestro motor económico nos guste o no. Si no tenemos turistas creo que Mallorca lo pasará bastante mal. Es importante que tengamos bien presente que ningún tipo de turista resta calidad a la Isla, hay sitios y opciones para todos”.
Catalina Coll Moragues